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¿Sabes de dónde proviene el Danzón?
El danzón es un ritmo y un baile de origen cubano creado por el compositor matancero Miguel Failde (1852-1921) próximo al año 1879 y engendrado por otro género cubano llamado danza, una variación de la contradanza.
«Baile típicamente cubano, llegó a ser el arquetipo de la música popular con su ritmo característico».
Desde principios del siglo XX ha tenido gran arraigo en México, considerándose también parte de la cultura popular de aquel país.
En Cuba se interpreta con mayoría de instrumentos de viento, con Flauta, violines, timbales y percusión cubana también es una de las más comunes danzas cubanas muy tradicionales y se utilizan los instrumento no cualquier instrumento si no también es necesario utilizar los correctos
Orígenes:
Se derivó como resultado de la transculturación de la contradanza europea que llegó a principios del siglo XVII por vía de las cortes españolas, por la toma de La Habana por los ingleses en 1762 y a finales del siglo XVIII por las migraciones de colonos franceses y de negros y mulatos de Haití a Cuba.
Este baile de salón recibió una influencia mestiza en Cuba para crear una música criolla que se asentó convirtiéndose en el primer género surgido en La Habana.
Su nombre se conocía de dos formas: danza criolla habanera cubana.
Aunque mantenían el influjo afro en su ritmo, ahora poseían una mayor libertad expresiva que permitía a la pareja enlazarse con más sensualismo.
La danza aumentó sus partes formativas y extendió su tiempo bailable, por lo que se le empezó a llamar danzón.
Los instrumentos del danzón son el piano, trompeta, clarinete, flauta, timbales güiro, claves su popularidad 1900-1940 su fecha de origen segunda mitad del siglo XIX en Cuba.
Hay que destacar que, en los años 50, el danzón también fue interpretado en Cuba por las orquestas llamadas Jazz Band, donde se destacaron la orquesta «Avilés», una agrupación centenaria, considerada la más antigua de Cuba.
Un ejemplo de ello fue el danzón «Dos Melodías», una compilación del compositor, guitarrista y arreglista holguinero Juanito Márquez, quien hizo una selección de melodías del compositor George Gershwin, con atrevidas armonizaciones.
También, en este contexto, se destaca el compositor santiaguero Electo Rosell «Chepín», con sus danzones «Bodas de Oro» y «La Reina Isabel», donde se plantean algunas variantes formales con respecto al danzón original.
Dentro de lo más destacado del danzón en Cuba, debe ser mencionado el «Danzón de los Danzones», «Linda Cubana», del compositor Alfredo Brito.
A ello hay que agregar las contribuciones hechas por orquestas como «Aragón», sin dejar de mencionar compositores de esta época, como son José Luis Loyola, Guido Medina y otros, que han dado nuevas perspectivas al quehacer danzonero cubano de la actualidad.
El danzón cómo género musical:
El primer danzón conocido, titulado «Las Alturas de Simpson», se escuchó por primera vez el 1 de enero de 1879 en el Liceo de Matanzas.
Lo interpretaba una «orquesta típica» de viento, que contaba con cornetín, un trombón de pistones, un figle, dos clarinetes en DO, dos violines, un contrabajo, dos timbales y un güiro criollo.
Dicha orquesta estaba dirigida por Miguel Failde que era el autor del mismo.
El danzón de Faílde se conforma de tres partes de 16 compases, que se denominan: Introducción, parte o trío de clarinete y trío de metales. Interpretado por la llamada «orquesta típica» (mencionada anteriormente) aunque años después se interpretó también con la orquesta llamada «charanga francesa».
El Danzón se bailaba en parejas, hasta número de veinte, provistas de arcos y flores, quienes ejecutaban piezas de cuadro, figuras y pasos con movimientos ajustados al compás de la Habanera, en compás 2/4.
En épocas posteriores se usaron abanicos con mucha más frecuencia por las damas.
El Danzón llegó a ser más variado que la Danza; instrumentos específicos protagonizan cada parte particular en la concepción melódica constituyendo un elemento distintivo de este género lo que se conocería como: parte del violín, parte de la flauta, parte del clarinete según la función e intervención de cada uno.
La base sonora del ritmo está en la utilización del piano. Presentes el contrabajo de tres cuerdas, flauta antigua de cinco llaves, violines primero y segundo, dos timbales, güiro, trombón, claves, con el clarinete o flauta como instrumento relevante.
Los instrumentos mencionados constituían la típica orquesta de Danzón. (Sustituida por una Charanga Francesa cuando las condiciones del local requerían de sonoridades moderadas).
Una de las figuras cimeras de este género fue Antonio María Romeu, cuyos danzones «El barbero de Sevilla», «La sabrosura», «Linda Cubana», por sólo mencionar algunos, fueron de gran éxito entre 1905 y 1940.
El nuevo ritmo produjo en los bailadores un sorprendente impacto, siendo «Las alturas de Simpson» uno de los danzones más escuchados.
En las noches se veían obligados los músicos a repetirla a petición de los danzantes.
En la primera y segunda década del siglo XX el danzón comenzó a perfilar su forma definitiva e incorporar elementos de otros ritmos y géneros cubanos, principa Urfé, compositor, director y clarinetista, revoluciona el danzón cubano al insertar, en su parte final, un montuno de son al estilo de los figurados de los treseros orientales».
Este danzón fue titulado «El Bombín de Barreto».
El danzón fue introducido en La Habana por Miguel Failde, Antonio Torroella (Papaíto), Raimundo y Pablo Valenzuela. Los nombres de Torroella, Leopoldo Cervantes y Antonio María Romeu, se confunden en la capital con el origen de la charanga con piano.
Los compositores más destacados para este formato fueron: Antonio María Romeu, Octavio Alfonso (Tata), Ricardo Reverón, Armando Valdés Torres, Jacobo Rubalcaba, Eliseo Grenet, Abelardito Valdés, Antonio Sánchez Reyes (Musiquita), Silvio Contreras, Orestes López, Israel López (Cachao), Enrique Jorrín y Félix Reina.
Fue José Urfé González quien completó la estructura ulterior del danzón, al introducir, en el último trío, un nuevo elemento rítmico: el son.
Surgieron creadores como Raimundo Valenzuela, Chencho Cruz, Corbacho, Felipe Valdés, Antonio María Romeu, Eliseo Grenet, Ricardo Reverón y Pablo O’Farril, con sus aportes mejoraron el aspecto interpretativo.
Comenzando el segundo cuarto del siglo XX, se desarrollaron en Cuba excelentes orquestas en la interpretación de danzones como la de Antonio María Romeu, en la que tuvo una destacada participación como cantante Barbarito Diez.
Fuera de alguna innovación de tipo instrumental el danzón no sufrió alteraciones hasta que el matancero Aniceto Díaz mezcló varios elementos del mismo con otros del son cubano y creó su danzonete en 1929.
Siguiendo con la influencia del son cubano, Orestes López y su hermano Israel López, contrabajista de la orquesta «Arcaño y sus Maravillas», crean su «Danzón Mambo» en 1938 al que le incorporó al final del danzón un motivo sincopado como el del «Tres» en el son cubano dando origen a un nuevo estilo rítmico en el danzón, que alcanza su mejor definición en otros géneros musicales como el mambo, de Dámaso Pérez Prado y el chachachá de Enrique Jorrín.
El Son cubano, ritmo que surge en la zona oriental de Cuba y que sustituyó paulatinamente la popularidad del danzón entre los bailadores, generó tal aceptación al llegar en la primera década del siglo XX a La Habana que con los años se convirtió en el género musical cubano más influyente de ese siglo en el ámbito nacional e internacional, dejando al danzón y su baile como «música del pasado».
Con el surgimiento del danzonete, el chachachá y el mambo, el danzón entró en decadencia.
El Danzón en México:
El danzón llegó a México en el año 1890 a través de Yucatán y Veracruz, extendiéndose después a otras zonas.
Reafirmó gran popularidad en México, gracias a la afluencia de músicos cubanos como la Orquesta Aragón, Benny Moré o Dámaso Pérez Prado que llegaron a ser un elemento activo en la vida cultural de ese pueblo.
Ha tenido mucho arraigo en México, concretamente en el Puerto de Veracruz, a donde lo llevaron los inmigrantes cubanos, y actualmente forma parte importante de la cultura y tradiciones de dicha ciudad, donde ha sido adoptado como un elemento propio de su identidad.
En el Distrito Federal ha causado gran impacto, actualmente se concentran en esta ciudad la mayor cantidad de bailadores, músicos danzoneros, salones y plazas para bailarlo.
El término utilizado en México para una orquesta de danzón es Danzonera.
Las agrupaciones de mariachi, así como las bandas de viento tradicionales de Oaxaca y Sinaloa también interpretan danzones.
Danzones mexicanos:
- ”Nereidas”, Amador Pérez Torres «Dimas»
- «Juárez», Esteban Alfonso
- «Paludismo agudo», Esteban Alfonso
- «Acapulco», Gus Moreno
- «Pulque para 2», Gus Moreno
- «Mocambo», Emilio Renté
- «Teléfono a larga distancia», Aniceto Díaz
- «La Negra», Gonzalo N. Bravo
- «Playa Suave», Ernesto Domínguez
- «Salón México», Tomás Ponce Reyes
- «Acayucan», Macario Luna
- «Blanca Estela», Emilio B. Rosado
- «Amor del Alma», Vidal Arciga Moncada
- «Flores de Romana», Juventino Rosas Cadenas
- «Cafetales», Abraham Calva
- «El Suave», Leopoldo Olivares
- «Inmortal», Fermín Zárate
Entrada del danzón en México:
Hay algunas versiones sobre la llegada de nuestro danzón a México pero la que a nuestro juicio tiene mayores probabilidades de certeza es la que se refiere a las giras artísticas al hermano país de la compañía de Bufos Cubanos en el último cuarto del siglo XIX, con sus obras costumbristas de teatro, sus carachas y cantos diversos que incluían por lo menos uno o dos danzones.
Recuérdese que desde 1879 ya se bailaban danzones en los salones sociales de Cuba, una vez que este género fue admitido en las sociedades de la aristocracia, la burguesía y la llamada clase media.
Veracruz y Yucatán son puertos de entrada de nuestro danzón a México, según otras versiones que no son del todo desechables, y tiene soporte por la cercanía a las costas cubanas y el intercambio que se realizaba entre esos estados y nuestro país. Músicos cubanos que tenían orquesta propia o formaban parte de otras, visitaron esos territorios y la capital y se conoce positivamente que uno de ellos fue el reputado compositor e instrumentista José Urfé, quien también llevó sus danzones a México a inicios del siglo XX.
El danzón, pues, pasando por el Estrecho de Yucatán, conquistó a la blanca Mérida y su estado y penetró después en Veracruz donde sentó sus reales.
Esta es otra versión o manera de explicar la entrada de nuestro género por Yucatán y Veracruz.
Desde los primeros años del siglo XX surgieron y proliferaron en el Distrito Federal (D.F.) salones de baile que sirvieron para bailar valses, tangos, blues y danzones.
En 1905 surgió el primer salón verdaderamente danzonero, en el barrio de Indios Verdes, con el nombre de La quinta corona; meses más tarde surgió El mercado de las flores, al que visitaban casi exclusivamente las personas más humildes, pues los de la clase media eran criticados si allí iban a bailar. El salón tenía el nombre de Mercado Mignón.
Desarrollo de los salones de baile:
El salón de La quinta real, situado en la Calzada de Guadalupe, era visitado por boxeadores además de un público variado; no boxeadores profesionales precisamente, sino púgiles de ocasión que eran bailadores de los barrios de Guerrero y Peralvillo, muy dispuestos a pelear, lo que duró muchos años.
En la Plaza de Santos Degollado fue fundado otro salón, y allí surgieron los primeros concursos de baile de danzón que con el tiempo, en los principales salones, constituían el mejor y más popular evento.
En 1908 surgió otro salón, la academia Metropolitana, donde surgieron mediante concursos los primeros campeones.
Ese año se abrió en Indios Verdes el salón La quinta de los sabinos y al siguiente año el Lecumberri, el Cervantes, el Bucareli Hall y el Olimpia —llamado después Progreso— en los altos del teatro Díaz León.
En 1910 el Alhambra, más tarde salón el Tivoli, luego el Azteca y así hasta alcanzar una buena cantidad de salones que muchos bailadores tenían como “las catedrales del danzón”.
En 1920 fue inaugurado el más importante de todos, el Salón México, formado por varios salones en el mismo edificio, nombrados Renacimiento, de los Espejos, el Tianguis, el Maya y el Azteca.
México era conocido como “el marro” por los asiduos asistentes; sus bailes y sus concursos de distintos géneros, incluido el danzón, resultaban brillantes…
Orquestas mexicanas:
Entre las más antiguas sobresale la de don Luis Arcaraz, que procede del siglo XIX. Las orquestas mexicanas tocadoras de danzones son denominadas danzoneras.
A partir de los años 30 del siglo XX se popularizaron en los bailes y en el disco importantes orquestas, entre las que se pueden mencionar La Banda de Sam, la del Chino Flores, hermanos Sánchez Rosado, Molina, Pasquel, Alfredo Castañeda y sus Cometas, entre otras.
Por esta cantidad de orquestas danzoneras ya podemos imaginar cuántos bailes se celebraban en la capital mexicana y cuantos bailadores de danzones por esos años había.
En 1940 se sumaron muchas más a las orquestas que ya existían, como La Clave de Oro, Cardona y su Danzonera, Miguel Ángel Serralde, Solistas de Agustín Lara, Casino de Monterrey, Marimba Chiapaneca, Toño Escobar y sus Locos, y otras.
El rey del danzón:
Así era llamado un cubano: Consejo Valiente Roberts, conocido desde su niñez como Acerina. Muy joven fue para México y allí se relaciona con Tiburcio Hernández, Babuco, otro cubano danzonero.
Acerina entró por Yucatán, empezó cargando los instrumentos de una orquesta, aprendió a tocar los timbales, instrumento que lo acompañó por el resto de su vida en la capital mexicana.
Juan de Dios Concha le dio oportunidad varias veces de tocar en su orquesta Danzonera y pocos años después ya Acerina tenía orquesta propia, que se hizo muy popular y que dirigió hasta su deceso; pero siguió existiendo en los salones de baile del D.F … No pude conocer personalmente a Acerina, pero sí a la orquesta, y bailé con su música cuando se celebró el Encuentro Internacional del Danzón al que fui invitado en 1994.
Otros músicos cubanos en México:
Tomás Ponce Reyes vivió muchos años en el hermano país, tuvo orquesta Danzonera y fue profesor de música, pero la mayor parte de su tiempo laboral la dedicó a componer danzones.
Uno de sus más populares es el titulado “Salón México” que dedicó a esa famosa catedral del danzón de la capital. Juan Luis Cabrera, Juan Bruno Tarraza, y sobre todo Mariano Mercerón fueron muy respetados y muy populares por sus conocimientos y experiencia en el danzón.
En los años 40 del siglo XX Mercerón, santiaguero, tenía su orquesta cubana: Mariano Mercerón y sus muchachos Pimienta.
Fue a México y allí se quedó para siempre, fundó otra orquesta y en ella popularizó su famoso danzón “Cuando canta el cornetín” dedicado a su instrumento.
Los campeones de baile del danzón:
En México se celebraron durante todo el siglo XX competencias o concursos de bailadores de danzones, y sus participantes tomaban muy en serio estos eventos.
Los ganadores eran proclamados campeones y, al estilo del boxeo profesional, estos destronaban a los campeones anteriores que no podían mantener su triunfo.
Se distinguieron, entre otros, el campeón permanente y profesor de baile Vicente Hernández Soriano, conocido como Alegría, con su compañera Lola Álvarez y luego con Ana María Aguilar.
Otro gran campeón fue Enrique Romero Flores, no solo de danzón, sino también de tango, género que se bailó mucho en el país. Ganó la faja de campeón en el Salón Principal del D.F. en 1930.
Manuel Escarpín era el bailador más popular de la Casa del Artista y luego del salón Smyrna, donde alcanzó el campeonato en tango, danzón, fox trot y vals.
Estos y otros personajes similares son recordados con cariño y añoranza por aquellas personas que los vieron bailar, y que junto a ellos también bailaban sus buenos danzones.
La enseñanza o el aprendizaje del baile de danzón en México:
A diferencia de los cubanos, los bailadores mexicanos generalmente pasan por una escuela o academia donde aprenden a bailar correctamente el danzón.
Si un bailador llega a un salón y sin tener el dominio necesario para este baile sale a la pista, corre el riesgo de ser el hazmerreír de la fiesta y sobre él llueven las críticas; esto puede y ha dado lugar a peleas personales, a golpes y hasta a tiros.
Cuando se celebró el Festival Internacional del Danzón en 1994, al que hube de asistir, la prensa mexicana dio a conocer la existencia de treinta escuelas o academias para la enseñanza del baile del danzón; esto fue detectado durante los días previos al evento, ya que la prensa estuvo anunciando, comentando y realzando dicho festival, porque como ya es conocido el danzón en ese país es la música que más se baila y muchísimos mexicanos creen que este género es de allí, que allí nació y se desarrolló.
Conocí algunos profesores de baile durante el evento citado y me causó gran impresión, pues me había llamado mucho la atención, desde que visité el primer salón —el Riviera, de mi amigo don Simón Jara Gámez—, que todo el mundo bailaba bien y seguía las reglas o costumbres establecidas; noté que los primeros ocho compases de la introducción no se bailaban y que en el noveno ya la compañera estaba frente a su pareja y empezaban a bailar; se practicaban mucho las vueltas a la derecha y a la izquierda y las paradas según la música se hacían con exactitud, todo esto de manera general, pues no todo el mundo tiene el mismo ritmo.
El círculo danzonero de Veracruz:
Allá por el año 1997 una destacada promotora del baile de danzón de Veracruz, Natalia Pineda Burgos, conocida como Naty, visitó nuestro país y el movimiento nacional de amigos del danzón le organizó una gira por distintas provincias de manera coordinada, pues cuando salía de una provincia para entrar en la siguiente ya estaba una comisión de recibo y atención esperándola.
El entusiasta bailador y promotor del movimiento en Cumanayagua, Cienfuegos, se ofreció voluntariamente para acompañarla y durante casi treinta días recorrió con ella numerosos municipios donde era homenajeada, como una Danzonera mexicana admiradora y amante de nuestro baile nacional y nuestro país.
A su regreso a Veracruz, Naty fundó un círculo de amigos del danzón al estilo de los cubanos, con el nombre de Miguel Faílde Pérez, el creador del género.
El primer danzón se bailó el 1º de enero de 1879, cuando la Orquesta del Liceo de Matanzas interpretó A las alturas de Simpson, de Miguel Failde Pérez, quien se lo compuso al estadounidense Simpson por regalar unos terrenos para que el equipo de béisbol de Failde entrenara.
Este danzón «»se bailaba separado (no de cuerpo a cuerpo) como se hacía en los bailes de cuadrillas, el minuet y las mazurcas.»» (Flores y Escalante).
El danzón llegó a México vía Yucatán, pero es en Veracruz donde nace el término danzoneras, debido al gran flujo de orquestas. Los jarochos, donde hasta ahora sigue muy arraigado este baile, no querían saber de otro género: por fin se bailaba en sensual «»cuerpo a cuerpo»» o «arrímese paca «».
En el DF las danzoneras las introdujo Miguel Lerdo de Tejada, hermano mayor del entonces Presidente (1872-76), quien además de ser amigo bohemio de grandes artistas, como Tiburcio Hernández «»el Bambuco»», también componía danzones de respeto, como Él Aguanta y El Ratón, grabados en 1905 para el sello Víctor.
En el Porfiriato el danzón era para la clase alta. Precisamente estaban danzoneando cuando la policía interrumpió aquél famoso guateque de travestis fifís (los famosos 41), donde se encontraba nada menos que el sobrino del dictador Díaz vestido de holandesa.
La popularidad del danzón se debió en gran parte a la difusión del entonces novedoso fonógrafo, que resonaba en casonas y vecindades; también cada vez se abrían más salones de entretenimiento público, como El Lírico o el Principal. Sería en uno de estos halls donde el danzón encontró su catedral: el Salón México.
Inaugurado en abril de 1920, México tenía una fachada espantosa, pero su interior mejoraba gracias al decorado del pintor y muralista José Gómez Rosas, El Hotentote.
Constaba de 3 enormes salas de baile donde se presentaban grandiosas orquestas, como la que estuvo por muchos años a cargo del yucateco Juan de Dios Concha ( Juan Concha y su Danzonera del Salón México), o como la del compositor Amador Pérez Torres, «»Dimas»», quien presentaba un danzón nuevo cada semana y donde dio a conocer su amadísimo Nereidas.
Fueron famosos los concursos de danzón; uno de los más populares campeones fue Memo «»El Nalgas»» y las legendarias parejas de Kid Pancho y la Banderilla o la de Ventura Miranda y «»La Negra»» Palomares.
El compositor Aaron Copland visitó México: «Me vi atrapado por su música, pero principalmente por el espíritu que sentí allí», Así compuso su pieza orquestal Salón México (1932).
El compositor más destacado de danzón mexicano de concierto es Arturo Márquez.
¿Qué es una orquesta?
Una orquesta es un grupo de músicos que interpretan obras musicales con distintos instrumentos.
La orquesta también es el lugar comprendido entre el escenario y las butacas.
El término proviene de la lengua griega y significa “lugar para danzar”.
El concepto surgió en el siglo V a.C., cuando los teatros contaban con un espacio separado para los cantantes, los bailarines y los músicos que era denominado, justamente, orquesta.
Una orquesta de músicos puede tener diversas composiciones. En general, cuenta con cuatro grupos de instrumentistas: cuerdas (que incluye los violines, violonchelos, violas, contrabajos, arpas y pianos), maderas (flautas, flautines, oboes, clarinetes, fagotes, contrafagotes y cornos ingleses), metales (trombones, trompetas, trompas y tubas) y percusión (timbales, redoblantes y otros).
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¿Cuáles son las danzoneras y orquestas más famosas en la actualidad en México y América latina?
Lista de danzoneras y orquestas para contratar:
- Acerina y su Danzonera
- Danzonera de David Hernandez
- Danzonera joven de México
- Danzonera de Emilo. B Rosado
- Danzonera Dimas
- Danzonera México
- Danzonera Aragón
- Danzonera de Mariano Merceron
- Orquesta de Carlos Campos
- Orquesta de Luis Arcaraz
- Orquesta de Perez Prado
- Orquesta Chamaco Aguiar
- Pepe Luis y su Orquesta Universitaria
- Orquesta de Gamboa Ceballos